¿Soldar aluminio con MIG/MAG y corriente continua (CC/DC)? Esta es una duda que muchos nos preguntamos. Comúnmente soldar aluminio queda casi de forma exclusiva bajo la responsabilidad del proceso TIG y utilizando corriente alterna (CA/AC). Sin embargo, existen distintas maneras de soldar este material, aunque hay mejores y peores.
El método más adecuado para soldar aluminio es con el proceso TIG y utilizando corriente alterna. De esta manera, las uniones serán más efectivas y, además, la apariencia de los cordones quedará más atractiva. No obstante, el trabajo de soldeo con TIG demanda mayor técnica por parte del soldador, equipos y componentes un tanto más costosos, y el ritmo de trabajo suele ser más lento.
Por eso, soldar aluminio con MIG/MAG es una excelente alternativa. Este proceso permite trabajos más ágiles, con alto grado de eficiencia. Ahora bien, ¿Con qué facilidad y practicidad?
Soldar aluminio
El aluminio es un metal delicado. Esto ya lo habrás escuchado o leído a menudo. Por lo tanto, trabajar con este material no será igual que con cualquier otro. Por ejemplo, si estás acostumbrado a soldar acero al carbono, para dedicarte al aluminio necesitas de preparación.
A veces es común escuchar decir que si puedes soldar acero al carbono con un equipo MMA o de electrodos, utilizar la máquina del proceso MIG/MAG será mucho más sencillo. Claro, conociendo las particularidades del equipo y el proceso en sí. Aquí la transición es relativamente fácil y rápida.
Pero pasar de trabajar con acero al carbono al aluminio no es lo mismo. Y más en el proceso MIG. Este material requiere de ciertas particularidades, como la limpieza de la pieza, un equipo con adaptaciones, utilizar el gas de protección adecuado, elementos individuales, y una técnica de soldeo especial.
Limpieza
Existe un comentario popular que menciona que para trabajar el aluminio debemos respetar tres leyes fundamentales: las tres “L”. Estas leyes son: limpiar, limpiar y limpiar. Las piezas de este metal son delicadas, y necesitan de preparación previa. El soldeo será una de las últimas partes del trabajo.
La superficie a soldar de la pieza de aluminio requiere estar completamente limpia. Para ello, necesitamos utilizar algún solvente para quitar todo resto de grasa, polvillo y otras impurezas que ensucien el material y afecten el cordón de soldadura. El disolvente más recomendado es la acetona, aplicado con un trapo o paño de microfibra limpio, exclusivo para ello. No se aconseja el algodón ya que puede dejar hilos sobre la pieza.
Además de la limpieza, se emplea un cepillo de alambre de acero inoxidable, que no puede estar en contacto con otro material. No debemos utilizar el mismo que para acero al carbono.
Gas de protección
Para soldar correctamente aluminio con microalambre, es necesario utilizar sí o sí un gas de protección inerte. Es decir, soldadura MIG (Metal Inert Gas, en inglés). Normalmente se utiliza gas argón puro, al 100%. Este es más económico que el helio. Sin embargo, para espesores gruesos, mayores a 1/2″ o 1″, se recomienda el uso de una mezcla de gases, 75% helio y 25% argón, o helio al 100%. Si soldamos con helio también logramos mayor penetración y velocidad de avance.
Adaptaciones de la máquina de soldar
La soldadura de aluminio es posible con el proceso MIG. Los equipos inversores pueden trabajar perfectamente con este material. Sin embargo, las máquinas necesitan de ciertas adaptaciones para poder soldar adecuadamente.
La máquina de soldar que vamos a utilizar para soldar aluminio, en el caso ideal, debería estar destinada exclusivamente a este material. Esto, para no tener que cambiar constantemente los componentes del equipo, y por otra parte, para evitar contaminación y que afecte nuestro trabajo. Pero si esto no es posible, igualmente podemos trabajar con diferentes metales y usar el mismo equipo.
De una u otra manera, nuestro equipo necesita de adaptaciones. Los rodillos de alimentación para soldar aluminio deben usar únicamente para este material. Además, se recomienda usar aquellos con forma tipo “V”, y que la máquina posea, en el caso ideal, 4 rodillos. Esto, para lograr que fluya el alambre y evitar deformaciones del mismo.
Al mismo tiempo, es imprescindible contar con un alineador del alambre para soldar aluminio. Este, no sólo debe de ser exclusivo para utilizar con este metal, sino que además necesitamos que sea distinto, ya que el de acero tiene surcos. El alineador para este material está fabricado en polímero y es más suave.
La antorcha para soldar aluminio también influye en el trabajo, para evitar enredos del alambre. Los fabricantes generalmente ofrecen dos modelos, uno para metales ferrosos y otro para no ferrosos, como el aluminio. Asimismo, influye el largo de la antorcha, que se recomienda no supere los 1,5m. Existen antorchas más especializadas, llamadas spool gun o push pull, pero su costo es elevado.
Las puntas de contacto para soldar aluminio pueden ser las del mismo tipo que para acero. Pero se queman muy rápidamente, por lo que lo aconsejable es utilizar punteras de alta calidad.
Un elemento adicional que colabora en resultados óptimos al soldar aluminio con el proceso MIG es contar con un equipo con tecnología MIG pulsado. Aunque no es estrictamente necesario, ofrece distintas ventajas, como controlar la cantidad de calor que se transfiere a la pieza, un arco más estable, mejor baño de fusión, entre otras.
Resumen
Ahora bien, ¿Qué podemos sacar de conclusión? Soldar aluminio con el proceso MIG es posible. Y podemos alcanzar buenos resultados. Sin embargo, para trabajar con este material necesitamos tener en cuenta las exigencias que demanda.
Cabe destacar que, por un lado, las adaptaciones conllevan un ciertos costos económicos a considerar si vale la inversión. Además, tener en cuenta si realizaremos trabajos regulares con aluminio. Si esto es así, el proceso puede facilitar la tarea, pero luego será ideal pasar a TIG.
Una demostración de la soldadura GMAW en aluminio:
