La soldadura produce tres tipos de rayos que pueden ser perjudiciales para la salud. Se trata rayos lumínicos, rayos ultravioleta y rayos infrarrojos. No obstante, con la debida protección podemos evitar las consecuencias en el cuerpo humano.
El conjunto de elementos de seguridad comúnmente se llaman Elementos de Protección Personal (EPP) o Elementos de Protección Individual (EPI). Al momento de soldar es importante contar con ellos, principalmente máscara o careta de soldadura, guantes, delantal, ropa de trabajo adecuada y zapatos o botines de seguridad.
La máscara de soldar es fundamental. Así, protegemos nuestros no sólo nuestros ojos sino todo nuestro rostro y la cabeza. Pero, hay distintos tipos de caretas para soldadura.
Máscaras para soldar
Las también llamadas caretas de soldadura son un elemento imprescindible de seguridad. Contar con una, aunque sea considerada ‘básica’, es importante. Luego, de acuerdo al trabajo a realizar deberemos indagar un poco más y revisar las características particulares de cada una.
Tipos de máscaras
Existen caretas activas y pasivas. También conocidas como fijas o automáticas. La diferencia entre ellas radica en el modo de funcionamiento y las ventajas que ofrecen.
Máscaras fijas o pasivas
Este tipo de caretas fueron las primeras en aparecer. Y aún permanecen vigentes. Incluso, algunos soldadores prefieren éstas frente a las nuevas tecnologías.
Las máscaras fijas mayormente plásticas. El visor está oscuro de forma permanente, no varía al iniciar el arco y sólo cuentas con un grado de protección DIN específico.
Máscaras automáticas o activas
Estas caretas surgieron como una evolución a las anteriores. También son de materiales plásticos. Incorporaron tecnología que permite trabajar de forma diferente. Entre sus principales características, ofrecen la posibilidad de seleccionar la opacidad u oscurecimiento del visor, determinar la sensibilidad para su activación, y el retardo en aclarar la pantalla.
Las máscaras automáticas, también conocidas como caretas fotosensibles, son las más populares en la actualidad. Aunque su costo suele ser un poco mayor frente a las tradicionales. Hay diversas opciones en cuanto a características, precios y modelos.
¿Cuál es mejor?
No se podría decir que una es mejor que otra. De acuerdo a la persona y la tarea a realizar será una más adecuada que otra. Pero ambas son válidas para soldar y sirven para la mayoría de los trabajos. Y tener al meno una de ellas, es importante.
La diferencia entre ambas apunta al modo de funcionamiento y ventajas o desventajas. Las máscaras fijas cuentan con un inconveniente, que la pantalla permanece oscura y para ver las piezas a soldar necesitamos levantar el visor o sacarnos la careta. Asimismo, cuentan con un grado de protección fijo, y debemos cambiar el lente si queremos mayor oscuridad.
Como principal ventaja, es que este mismo lente se cambia fácilmente, son más económicas, algunas son más durables y protegen de forma permanente frente al arco eléctrico. Suelen ser elegidas por su precio, pero también por costumbre. Los soldadores que realizan trabajos continuos, de largo tiempo, a veces eligen éstas.
Por su parte, las máscaras automáticas presentan ventajas en cuanto a la posibilidad de seleccionar distintos parámetros y funcionalidades, como el oscurecimiento de la pantalla, el delay, la función de amolado o soldadura, no necesitamos quitarnos la careta para distintas tareas, y además hay algunas con diseños atractivos.
Como desventaja, algunas son frágiles, tienen un precio algo costoso y suelen dañarse por su uso algunas funciones.
